Por Juan Carlos Rojas Ibarra
Ciudad de México, 22 de abril de 2024.- Con la extraordinaria función a teatro lleno, concluyó la temporada de presentaciones de la obra de teatro ’Balam, El Jaguar’, cuyo guion y dirección corrieron a cargo del maestro Jesús García Ra, de larga trayectoria como actor, director y productor teatral.
’Nos hemos convertido en los principales depredadores de la naturaleza, ríos y lagos secos, tierras deforestadas, aguas contaminadas y, por si fuera poco, calentamiento global’, explica García Ra al terminar la obra. ’Se trata de exponer todo eso que no es tan nuevo, porque dicha conducta depredadora llegó con los conquistadores, pero permanece hasta nuestros días’, precisó.
’Los mayas y sus grandes conocimientos matemáticos -añadió el autor- saltaron al conocimiento mundial gracias a la denominada Estela del Fin del Mundo, que fue malinterpretada y se difundió la idea que el 21 de diciembre de 2012 sobrevendría un cataclismo que haría desaparecer a la humanidad. El caso es que los mayas no predijeron eso, solamente indicaron que sería el fin de una era’.
’Balam es el nombre maya con el que se le conoce al jaguar, felino en peligro de extinción, representativo de los Estados del Sureste mexicano, que fueron geográficamente ubicación de la cultura maya, se asocia como símbolo de la vida y del poder regenerativo de la naturaleza y la fecundidad. El jaguar, animal sagrado, se asociaba con prácticas chamánicas, con el poder, el valor, el cielo, la tierra, la fertilidad y la fecundidad, pero también con el inframundo, con la muerte, como puente entre el mundo espiritual y terrenal’.
Las escenas se destacan en un ambiente alucinante, lleno de movimiento y simbolismo de gran atractivo y plasticidad, para llevarnos al conocimiento de la cosmogonía del pueblo maya, su idea de la forma en que sus dioses crearon a los seres humanos, luego de tres intentos, dos de ellos fallidos. Dice el autor: ’Queremos compartirte de manera amena un viaje por la fantasía, el misterio, la barbarie, la reflexión’.
’Allí donde fue descubierta la Estela del fin del mundo, en el Cerro El Tortuguero, muy cerca de Palenque, en los linderos de Tabasco y Chiapas, fue concebido el primer Balam (animal-Chamán-mensajero), cuyas manchas de su piel reflejan la cantidad de estrellas que hay en el universo’, nos dice García Ra.
Y añade: ’Los mayas, formados del maíz, celebraron la ciencia, la literatura, las matemáticas, la magia, la fastuosidad. En sus selvas, las ceibas sostienen al cielo, lo separan de la tierra, escribiendo con sus espinas, poesía y cantos. Ellos quisieron volar y Pakal, entronizado a los 12 años de edad, en el templo de las inscripciones, lo plasmó sobre la lápida que cubrió su sepulcro’.
El reparto incluye la participación de Emiliano clavel (Quinich ahau, Dios maya), Natalia García (Aldeana, Ixmucané y Juul Já), Victoria Apolinar (aluxe y cazador 1), Dario Ló Cahuich (Balam), Roberto Alavez (Tepeu).
García Ra nos sigue sorprendiendo. Viene de una larga trayectoria teatral. Lo conocimos dirigiendo y actuando en Edipo Rey de Sófocles, tragedia griega que superó las 1150 representaciones tanto en México como en el extranjero. Posteriormente lo vimos en El Cíclope, de Eurípides, drama satírico tomado de un pasaje de la Odisea.
Ahora apuesta por la cosmogonía prehispánica para plantear problemas de actualidad con mucho acierto escénico, tanto por el desenvolvimiento actoral como por el ambiente creado a partir de elementos sencillos y música autóctona. Anuncia que pronto habrá otra temporada en un teatro de la Ciudad de México.