Opinión
José Medina Mora
Uno de los mayores retos que ha librado la democracia mexicana es lograr la conformación del Instituto Federal Electoral (IFE) cambiado a Instituto Nacional Electoral en 2014 (INE), como organismo constitucional con autonomía presupuestal, técnica y operativa, con independencia de cualquier instancia gubernamental.
Actualmente, la democracia mexicana tiene en debate el papel que juega el INE en el sistema político y el valor de tener elecciones libres para todos.
Entre los avances que se han alcanzado a través del INE destacan que podamos tener elecciones libres y alternancia política, lo que permite tener contrapeso en el plano electoral para equilibrar el poder. Distintos partidos han desfilado por puestos públicos en todos los niveles de gobierno y han tenido oportunidad de trabajar por el país.
El INE busca dar confianza y certidumbre al voto y resultados electorales.
En diversos momentos ha estado sujeto a pruebas presupuestales y políticas, intentos de cooptación por grupos políticos, momentos en los cuales la sociedad ha tenido que estar atenta para evidenciar riesgos y plantear propuestas que permitan construir una mejor democracia, justa para las mayorías y las minorías, con mejores perfiles en la toma de decisiones, que se reflejen en resultados efectivos.
La autonomía del INE enfrenta de nuevo fuertes desafíos, uno de ellos tiene que ver con que su consejo general, integrado por 11 consejeros electorales, tendrá la renovación de cuatro consejeros (abril de 2020), por lo que la Cámara de Diputados está llevando a cabo el proceso de designación.
Ante la importancia de proteger la imparcialidad de los perfiles que sean designados como próximos consejeros, desde Coparmex hacemos un llamado a la Cámara de Diputados y Junta de Coordinación Política a garantizar transparencia y máxima publicidad desde la difusión de la recién aprobada convocatoria, la integración del comité técnico de evaluación y de las etapas del proceso hasta la elección.
Es vital que se garanticen principios de inclusión, paridad y equidad en la valoración de perfiles, estableciendo criterios para verificar la idoneidad.
Cuidar las designaciones es cuidar la libertad de los perfiles que ocupen los puestos, es necesario vigilar que quienes coordinarán las elecciones y fiscalizarán a los partidos políticos cubran la experiencia profesional requerida, así como la separación de intereses de grupos específicos.
Los legisladores tienen una oportunidad histórica de fortalecer al INE con la conformación de un consejo plural, profesional y calificado para asumir una responsabilidad fundamental para la vida democrática del país.
Desde la Coparmex seguiremos atentos al proceso de designación de los nuevos consejeros y señalaremos los riesgos que observemos.
Defender al INE es defender la democracia, y sólo podremos construir una mejor si tenemos instituciones sólidas y comprometidas con hacer la política un espacio para el bien común.