La semana pasada abordamos el tema de la delincuencia y del incremento de los asesinatos en
el Gobierno actual. El tema de la ’Violencia’ continúa en el interés y la preocupación de la ciudadanía ante lo acontecido en Culiacán el jueves pasado.
Las notas nacionales e internacionales han hablado de múltiples factores y acontecimientos del ’jueves negro’. Pero, ¿quiénes mejores que los Sinaloenses para abordar el tema con certeza y objetividad?... Todos en Culiacán fuimos testigos de lo ocurrido, de una u otra manera.
Seríamos insensibles si decimos que la decisión de rendirse y dejar en libertad a Ovidio Guzmán fue errónea por parte del Gobierno Federal. Existe gran consenso en Culiacán, que coincidimos, fue acertada dentro del contexto donde se tomó.
Sin embargo, también existe la duda y la exigencia ciudadana que indica la inconformidad de la mayoría (dentro y fuera de Sinaloa), por la mala planeación y la estrategia carente de inteligencia
policial. Con una ejecución del operativo de detención de Ovidio donde la seguridad de la sociedad no fue contemplada.
El Presidente y su Gabinete de Seguridad subestimaron el poder e inteligencia bélica de uno de los grupos más poderosos y organizados del narcotráfico, en el Mundo. Aún con la rendición del Estado Mexicano el jueves vimos una tragedia donde más de 10 (diez) personas murieron. Es justo también decir que esas muertes no fueron planeadas por el crimen organizado, sino más bien son el resultado de una estrategia que desde su escasa planeación estaba destinada al fracaso.
Nadie dentro del Gobierno se ha atrevido hablar de las consecuencias nacionales e internacionales que el fallido intento de apresar al ’Chapito’ dejará en los próximos días. Fuera del ámbito gubernamental ya hay muchas opiniones que coinciden en el error enorme del Gobierno al intentar un arresto de tal magnitud, con los recursos y la inteligencia que se emplearon.
Miles de titulares en el Mundo en prácticamente todos los continentes dan cuenta de que ’el Estado Mexicano fue derrotado en cuestión de minutos por el Cartel de Sinaloa’. Cientos de columnas en diferentes idiomas narran cómo fue que ’el Ejército Mexicano apresó a un Capo para liberarlo el mismo día, ante la fuerza bélica e inteligencia que le superó’.
El Mundo hoy habla de México. No lo hace en términos comerciales, de negocios, de inversión, de respeto a los derechos humanos, de democracia o de turismo; lo hace en tono de preocupación o burlesco, señalando al País como un lugar de ’terroristas, delincuentes y corrupción: de Estado Fallido. Y, de un territorio sin Ley, donde el Gobierno ha sido superado por la delincuencia’.
En conclusión, Sinaloa y México hoy viven momentos de retos y desafíos. Económicamente, se enfrenta un raquítico plan del Ejecutivo Federal con la propuesta de AMLO en el ’Presupuesto de Egresos de la Federación’ para el año 2020, donde se deja a los Sinaloenses en total indefensión productiva. Ahora surgen nuevas complicaciones: hay que agregar el evidente clima de inseguridad que se manifestó la semana pasada y una mala planeación e inteligencia del Gabinete de Seguridad contra el crimen organizado.
. Esto nos lleva a cuestionar al Gobierno: ¿Quién será separado del cargo por lo ocurrido en Culiacán el pasado jueves? ¿Qué estrategia nueva seguirán, dado que la actual es un fracaso con dimensiones internacionales? ¿Cuándo veremos resultados medibles y contundentes en materia de seguridad pública, y demás?