VALLE DE MÉXICO. – Miles de peregrinos de las entidades federativas caminan por las carreteras y caminos, otros lo hacen en bicicletas, camionetas y sillas de ruedas para llegar ante el altar de Santa María de Guadalupe para dar gracias, a ella si le tenemos fe, no como los gobiernos mentirosos que prometen todo y nunca llega nada para los pobres, dicen hombres y mujeres que, con ropas desgarradas y zapatos rotos, pero con fe cumplirán una manda más, llegar a la Basílica.
Sobre la carretera Puebla México, en los límites con la Ciudad de México, en interminables filas llegan los peregrinos de Oaxaca, Puebla, Chiapas, Quintana Roo, Veracruz, Guerrero, Hidalgo, Morelos y Estado de México, con estandartes, con imágenes de la Virgen de Guadalupe, cargados al hombro, escenas que se repiten, los incansables feligreses toman descansos en los camellones y áreas verdes para luego continuar con la caminata, varios, dicen llevan tres días, ya falta menos, señala Fernando, un campesino que año con año cumple la manda para pagar los favores recibidos como es el tener salud, sin dinero pero con una familia unida, dice.
Lo mismo ocurre sobre la carretera México-Toluca, México-Pachuca, Querétaro, lo que obliga a las autoridades policíacas a redoblar los operativos para evitar desgracias, trabajos a los que se suman los cuerpos de seguridad del Estado de México y los municipios como los de la Ciudad de México, además de los cuerpos de auxilio, Cruz Roja, ERUM, SUEM y equipo aéreo listos para ayudar a quienes por algún motivo necesiten el apoyo.