De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Una bocanada de aire maravilloso recibió Felipe Calderón para su proyecto de un nuevo partido político, desde el que se proyecte la candidatura presidencial de su esposa, Margarita Zavala.
Cuando se veía un fracaso terrible en las convocatorias para jalar simpatizantes a esta expresión política, el ex presidente entró en la dinámica de aprovechar el ser revivido políticamente con dardos venenosos desde el actual gobierno federal y su nombre se catapultó en las redes sociales.
México Libre, el proyecto de partido de los Calderón-Zavala, parecía entrar en agonía, cuando desde el gobierno federal tomaron la figura de Felipe Calderón como una de las manos negras detrás de la rebelión de la Policía Federal y vino el despertar de los ex panistas.
El viernes pasado en Veracruz, Felipe tuvo una de sus grandes convocatorias, bajo la coordinación de Alejandro Cossío, un ex diputado panista que parece tener a la mano el registro local de México Libre.
Una cátedra larga la dada por Felipe, pero que hizo reaccionar al auditorio ante el reconocimiento de los retos tenidos desde la Presidencia de la República, centrando sus explicaciones sobre dos ejes: violencia e influenza.
Reconoció que cuando asumió el gobierno se encontró colapsadas las instituciones de seguridad y justicia, por lo que hubo de adoptar medidas extremas, ante lo carcomido de las policías y alcaldes de algunas regiones, que preferían no hacer nada al respecto o hasta actuar al lado de la delincuencia. El grave problema fue no evitar que esos grupos delincuenciales se apoderaran de esos territorios.
La acogida recibida en Veracruz da el oxígeno suficiente al ex mandatario para continuar como el principal activo de México Libre, ante la pasividad de su esposa Margarita, quien no logra convencer, ni mucho conmover al electorado, como quedó evidenciado en su fracaso como candidata presidencial independiente.
Y es que Felipe tiene en su agenda recorrer diversas entidades en las que espera el respaldo de las suficientes firmas que le garanticen la posibilidad de registro de su proyecto como partido político.
En su recorrido tocará Jalisco, Nuevo León, Estado de México, Tlaxcala y otros más, donde su discurso deberá ser lo suficiente convincente para obtener el respaldo necesario para convocar a una asamblea y probar que son una opción para la ciudadanía.
Y es que se advierte sumamente competido el escenario para aquellos organismos que buscan convertirse en partido político, ya que además de los siete que cuentan con registro nacional, hay un número grande de partidos con registro local.
La intención de los convocantes de México Libre es la de mantener viva la llama de la confrontación del gobierno federal con el ex mandatario y mostrar que su proyecto es una buena plataforma para aquellos que no ven con buenos ojos la administración del presidente López Obrador.
Si antes México Libre era una oferta reducida para aquellos personajes que se sintieron afectados por el apoderamiento que hizo del PAN el grupo de Ricardo Anaya, ahora se presenta como atractivo para los denostadores de la política presidencial.
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