De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Para Jorge Carlos Ramírez Marín en política las cosas no le han sido fáciles, aunque su camino se allanó con el arribo de Enrique Peña Nieto a la Presidencia de la República.
Fue entonces cuando se le abrió un panorama halagüeño, ya que fue incorporado (para algunos de forma sorpresiva) como parte del gabinete presidencial, luego de fungir como vicecoordinador de la campaña presidencial y formar parte del equipo de transición.
Ramírez Marín destacó en el PRI desde su juventud, aunque no pudo alcanzar su máxima aspiración, la candidatura al gobierno de Yucatán, al serle cerrados los caminos un par de veces por su máxima opositora, Ivonne Ortega Pacheco.
Fue ella la que le cerró el camino un par de ocasiones, la primera en la propia sucesión de Ivonne, que prefirió impulsar a Rolando Zapata Bello, un diputado federal que había formado parte de su equipo, antes que dejar pasar a Jorge Carlos, quien venía de ser presidente de la Cámara de Diputados y se encontraba dentro de la campaña presidencial.
La segunda oportunidad que no desperdició la hoy ex priísta fue cuando ella aspiraba a la candidatura presidencial del PRI y fue conminada a dejar de lado su aspiración, pidiendo como concesión que en la sucesión de Yucatán fuese cualquiera, menos Ramírez Marín.
El motivo, además de las fobias personales, la protección de que siempre ha gozado Ramírez Marín por parte de Beatriz Paredes Rangel e incluso de Emilio Gamboa Patrón.
Con todo y el desprecio de su paisana, el esforzado Ramírez Marín se convirtió en la única fórmula senatorial ganadora del PRI en los comicios del pasado 2018, donde el tricolor fue avasallado. Ahora, con la renuncia de Ivonne Ortega a la militancia priísta, al senador que le gusta jugar con casitas de muñecas (según reveló en una entrevista), parece encaminarse a la candidatura de su partido al gobierno de Yucatán, si es que el partido sobrevive para esas fechas.
Y es que los comicios para la renovación del gobierno de Yucatán coinciden en fecha con la renovación de la Presidencia de la República, algo que se advierte sumamente lejano.
Por lo pronto, el panorama del senador que se aprecia halagüeño en lo político, podría tener consecuencias jurídicas, si es que una investigación sobre su actuación al frente de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano no le acarrea consecuencias.
Todo se origina en la investigación que se le sigue a Rosario Robles, su sucesora en el cargo, misma que se podría ampliar para conocer la gestión del hoy senador.
Hace unos días, el senador Ramírez Marín rindió su informe de labores y recordó que la federación mantiene una gran deuda con Yucatán, por lo que los urgió a resolver los problemas que aquejan a los habitantes de este estado que ha mostrado uno de los mayores índices de desarrollo.
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La candidatura de Mónica Fernández Balboa como presidenta del Senado se encuentra firme, por lo que Ricardo Monreal hace saber que seguirá el cabildeo con las diferentes fracciones representadas en la Junta de Coordinación Política (Jucopo).
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