Julio César Tapia
La relación Criminales, policías y políticos es la fórmula perfecta para que unos con otros sean eficaces en sus respectivos quehaceres, los criminales por un lado solicitan la autorización de la policía para manejar plaza a cambio de cuantiosas cantidades de dinero, por su parte los policías requieren del padrino político para controlar determinadas áreas en donde a través del Estado permiten actividades ilícitas e incluso el monopolio de determinada empresa criminal, igual a cambio de cuantiosas sumas de dinero, pues sin la anuencia de la policía la delincuencia no podría operar, por lo que respecta a los políticos estos resultan ser la principal fuente generadora de violencia, pues son ellos, a los que la delincuencia le da visto bueno para gobernar e incluso invertir en sus campañas, obvio a cambio de poder y es como este círculo se expande con más fuerza hacia cualquier región del país, por eso ningún político o gobernante hace frente a este cáncer, porque las consecuencias implican capital político y eso es mal visto porque también la delincuencia influye en los comicios, sin importarle partidos políticos o candidatos más que a sus propios intereses.
No se pasa desapercibido día a día que criminales de cualquier grupo delictivo, policías y políticos en sus tres niveles de gobierno y de cualquier partido se coluden para buscar beneficios, solo ellos sí o sí, tienen el poder los otros solo el día de las votaciones tenemos poder.