Columna la Opinión

Por Julio Tapia

Los problemas de inseguridad pública y gobernabilidad, están muy ligados entre sí, pues la delincuencia organizada, no puede operar sin la colaboración de la clase política que permite sus actividades y concesiona a los grupos criminales su hegemonía en el poder, a su vez los grupos criminales colaboran en las campañas políticas, al grado de que estos hoy en día han llegado a infiltrarse en las esferas políticas, para apoderarse del poder cueste lo que cueste, fenómeno cada vez más recurrente, como el caso de Mario Villanueva, el gobernador que operó para "El Señor de los Cielos", Las acusaciones de EU contra el ex gobernador de Quintana Roo consistían en que el priista recibiría hasta 500 mil dólares por cada cargamento que el cártel de "El Señor de los Cielos" enviara a esa entidad. La labor de Villanueva consistía en no interferir en las actividades del grupo delictivo, así como de los nexos con el narcotráfico del exdiputado perredista Julio César Godoy Toscano quien fuera el primer legislador al que la Cámara de Diputados desaforado, para que fuera investigado por sus presuntos vínculos con un cártel de drogas la Familia Michoacana, previamente en junio de 2016, la Cámara de Diputados aprobó quitarle el fuero a una mujer diputada para ser investigada de igual manera por nexos con el narcotráfico. Se trató de Lucero Guadalupe Sánchez López, mejor conocida como la ’Chapodiputada’, quien tuvo vínculos con Joaquín el Chapo Guzmán y el Cartel de Sinaloa, en épocas recientes la relación también del ex Secretario de Seguridad Pública Federal Genaro García Luna, quien actualmente purga una sentencia de condena a 38 años en los Estados Unidos de América y del hoy polémico gobernador de Sinaloa, Rubén Moya Rocha, quien de acuerdo a una carta realizada por el mismo Ismael Zambada, estaría en una reunión, con el gobernador el día de su detención, nada es casualidad, y la crisis en materia de seguridad pública es más que evidente, esperemos que la asignación de Harfuch, sea la idónea y que su estrategia de inteligencia, sea la pertinente, para acabar con este grave problema inseguridad, que de no terminar con ella, terminara por acabar con esa tranquilidad y paz social, que tanto distinguió a México, y pasar a un país con alerta de seguridad, de no ser así, la violencia subirá en su escala para dar paso al terrorismo, actividad más frecuente de estos grupos criminales, que tarde que temprano los recortes presupuestales en áreas de seguridad tendrán que impactar en la sociedad, así la transformación.

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