Por Julio Tapia
El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, es una persona con el mayor rango en el servicio diplomático de la Unión Americana en México, mucho se ha dicho a cerca de la cooperación entre estas dos naciones, en distintas materias, entre ellas la seguridad pública, el narcotráfico, la delincuencia organizada, la migración, economía, entre otros temas de seguridad nacional, y obvio la reforma al poder judicial, no es un tema aislado, por el contrario, los países, de América del Norte, están preocupados por esta reforma, que podría impactar en sus economías, incluso dada la globalización, afectar a todas las economías; y es que México, no es cualquier nación, es decir nuestro país, de acuerdo a la Organización Mundial de Comercio, en 2023 las exportaciones de bienes y servicios desde México sumaron más de 593 mil millones de dólares, ubicando al país como el 9º exportador y el 12° importador en el mundo, es decir, lo hace un país atractivo, pero principalmente seguro, sin embargo, la decisión del actual gobierno mexicano, ante la eventual reforma, terminaría por dar certeza jurídica a los demás Estados, pues el actual gobierno, perdería su imparcialidad, pues sería juez y parte, al grado de caer en el conflicto de intereses, obvio posteriores a la posible reforma al poder judicial, pues los Estados, siempre buscan hacer negocios con países libres y democráticos; y respecto a la opinión, de Ken Salazar, acerca de la reforma al poder judicial, obvio lo hace a título de diplomático con las cartas credenciales para opinar del tema en cuestión, pues su calidad, le permite cuestionar por los tratados, pactos y convenios que México ha signado con este país, y su mera opinión, en ningún momento, altera el orden político y social, menos aún, las relaciones internacionales, pues su comentario atinado o desatinado lo hace en calidad de funcionario y principal socio comercial de México, ante un país, que dice respetar y hacer respetar la la constitución y las leyes que de ella emanan, que seguridad se le puede brindar a una nación que no respeta su forma de gobierno, de prevalecer y aumentar el tono de los discursos, tendremos un futuro incierto, que terminara por afectar las economías de ambas naciones.
Andrés Manuel, advirtió no a la intervención, injerencia, la moneda está en el aire, ¿que terminara por pesar más, hipotéticamente soberanía o economía?, las inconformidades ya están en la calle, y cada vez más, se suman sectores de la sociedad y escalar a otras latitudes, termina un gobierno con traje de democracia y alma de monarquía, empezará uno con serios problemas que pueden afectar las relaciones y los tratados comerciales y el futuro de México, esperemos que no, porque entonces si conoceremos la transformación.
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