La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) anunció que, desde el sábado 7 hasta el viernes 13 de septiembre de 2024, no habrá subsidios al IEPS para estos combustibles, lo que afectará directamente el precio que los automovilistas pagarán en las estaciones de servicio.
¿Cuánto se pagará de IEPS por litro?
Con el retiro del subsidio, la cuota íntegra del IEPS que los usuarios deberán pagar será la siguiente:
Gasolina Magna: 6.17 pesos por litro.
Gasolina Premium: 5.21 pesos por litro.
Diésel: 6.78 pesos por litro.
Este ajuste significa que quienes utilicen estos combustibles, desde automovilistas hasta transportistas, deberán absorber el impuesto completo, lo que puede generar un impacto directo en el costo de transportarse o en los precios de ciertos productos, especialmente aquellos que dependen del transporte de carga.
Esta no es la primera vez que se elimina el subsidio a la gasolina Magna. Durante los meses de mayo y junio de 2024, este combustible tampoco contó con estímulos fiscales, afectando a los usuarios.
En contraste, la gasolina Premium y el Diésel han estado sujetos al cobro íntegro del IEPS durante todo el año, sin subsidios en sus cuotas.
¿Qué es el IEPS y por qué se aplica?
El IEPS es un impuesto que tiene como objetivo generar ingresos fiscales y, al mismo tiempo, regular el consumo de ciertos productos considerados dañinos para la salud o el medio ambiente.
Este impuesto se aplica no solo a los combustibles, sino también a productos como bebidas alcohólicas, tabaco y alimentos con alto contenido calórico.
Algunos ejemplos de tasas del IEPS incluyen:
Bebidas alcohólicas con grado de alcohol hasta 14%: 26.5%.
Bebidas alcohólicas con grado de alcohol superior al 14%: 30%.
Cigarrillos y puros: 160%.
Alimentos no básicos con densidad calórica de 275 calorías o más por cada 100 gramos: 8%.
Impacto en los consumidores
El retiro del subsidio al IEPS para las gasolinas representa una carga económica directa para los consumidores, ya que el impuesto está incluido en el costo final de los productos.
Al no contar con un apoyo fiscal, los precios de los combustibles podrían mantenerse altos o incluso incrementarse, afectando a los automovilistas y a las industrias que dependen del transporte.