Por Julio Tapia
De aprobarse la reforma al Poder Judicial Federal, vendrán otras más, de igual o mayor calado, lo que terminara de impactar en la parte orgánica y dogmática de la constitución, así como la estructura del México que conocemos, a pesar de haber creado instituciones, organismo, con el ánimo de transparentar las funciones del gobierno, pero por desgracia la izquierda que ayer denunciaba rendición de cuentas, hoy parece estorbarle, al punto, que en algún momento se considere desaparecer o reformar al Instituto Nacional Electoral, sin embargo, cierto es, que probablemente el Instituto Nacional de Información, como otros organismos están en la mira, efectivamente hay una trasformación, como nunca antes vista, ni en los peores momentos del PRI, que gobernó por siete décadas, y que sigue sin entender que el monopolio del poder fue su debacle, sin embargo, el partido del gobierno, repite las mismas costumbres, que no solo pueden afectar al país, sino al hemisferio entero, al hacer de México, una nación benévola, generosa, pero, ante las reformas planteadas por Andrés Manuel, lo ponen en el ojo del huracán, al cuestionarse de estas reformas, que terminaran por cuestionar al gobierno entrante, obvio al presente, porque en el Plan Nacional de Desarrollo, nunca existió, ni se pretendió reformar al poder judicial, y es que hoy dependemos quizás de un voto para reformar al poder judicial y transformar el rumbo del país, cierto, muy cierto de tantos millones de mexicanos, que personaje político, terminara por ser héroe o traidor a la patria, por ello, la necesidad inmediata de seguir manteniendo el poder, cueste lo que cueste.
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