Por: Julio Tapia
La reforma al poder judicial, es sin lugar a dudas la cereza en el pastel, tras la arrolladora victoria de MORENA, en las pasadas elecciones, pues no solo retuvo la presidencia de la república, sino que el movimiento político de Andrés Manuel, ha seguido creciendo, al ganar más gubernaturas, senadurías, diputaciones, federales y locales, presidencias municipales, alcaldías y la jefatura del Gobierno de la CDMX.
Lo posiciona en la primer fuerza política del país, cuestionable la reforma al poder judicial, porque si bien, es cierto, que ha dicho poder le urgía una reforma de forma, pero no de fondo y terminar con privilegios, de los que la mayoría del pueblo, no está de acuerdo, como los fideicomisos que se venían manejando y diversos conceptos, tema que causa polémica, porque precisamente desde su creación esa autonomía e independencia, para juzgar, no debía tener partido, raza, color, religión, cultura, nacionalidad, origen étnico y/o preferencia sexual, además de que los sueldos de dichos servidores y funcionarios públicos de dicho poder debían ser dignos y bien remunerados, para no ser seducidos, ante intereses personales, más que la aplicación de la justicia y el derecho.
Lo grave y delicado no es, que los sueldos se homologuen, sino que dicho poder este sometido al poder ejecutivo y legislativo, pues obvio se perdería el equilibrio de poderes, consecuentemente la forma de gobierno, de carácter republicano, con las consecuencias de que el estado sea juez y parte en los procesos democráticos, más allá de la desaparición de organismos que en mucho han permitido la transparencia de los actos de autoridad, para evitar abusos de poder y regresar a los tiempos en donde la hegemonía del poder, era solo de un partido el PRI.
Que hoy no termina de aprender la gran lección del electorado, ante la gobernanza de esos auténticos monopolios de poder, en los que festejaban el aumento al IVA, como lo hiciera Roque Villanueva, desgracia que no puede repetirse, y apoderarse de un poder, que sirva a determinados intereses, y es que la controvertida reforma impulsada por el partido en el poder, depende de un solo voto, el cual será obtenido, cueste lo que cueste, como podrían ser futuros cargos, secretarias, millones de pesos o inmunidad,
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