La prensa relegada y olvidada en Texcoco por Nazario Gutiérrez

El Informador Analítico
Junio 07, 2025 11:54 hrs.
Política ›
Joaquin Bojorges

Lo que alguna vez fue un espacio de convivencia entre autoridades y medios de comunicación hoy es solo un recuerdo. Este 7 de junio, Día de la Libertad de Expresión, la prensa en Texcoco ha sido relegada al olvido por el actual gobierno municipal. El alcalde morenista Nazario Gutiérrez Martínez, quien en el pasado buscaba a toda costa aparecer en los medios, ahora los ignora con total descaro.

La Alameda de Texcoco es el testigo silencioso de esta indiferencia. Su monumento a los periodistas, legado de la exalcaldesa y ahora senadora Sandra Luz Falcón Venegas, yace abandonado, con arbustos que ocultan su significado. Mientras tanto, el resto del parque goza de mantenimiento, dejando claro que este descuido no es casualidad, sino un mensaje: para Nazario Gutiérrez, la comunicación no es prioridad.

El edil, convertido en una "marioneta del poder", ha olvidado todas sus promesas de campaña. Rodeado de inoperantes, su supuesta renovación del servicio público se traduce en la continuidad de intereses personales. La inseguridad en Texcoco, esa que prometió erradicar, se mantiene imparable: extorsiones, robos, fraudes, violencia de género, y una total indiferencia ante los reclamos ciudadanos, como lo denunció recientemente Jessica Aguilar, de Movimiento Ciudadano.

Gutiérrez Martínez, alguna vez "hijo del pueblo", ha cambiado. En el pasado, se desvivía por la publicidad y por difundir sus acciones. Hoy, en la Feria del Caballo 2025, ante la gobernadora Delfina Gómez, su frase "no dude que haremos cosas malas" resume su actual postura: la falta de compromiso con aquellos que antes consideraba esenciales para el desarrollo del país.

Este político de "memoria corta" ha ocupado la presidencia municipal en dos ocasiones: primero en 2006, cuando reemplazó a Higinio Martínez, participando en la represión contra Atenco; luego en 2016, cuando tomó el lugar de Delfina Gómez sin aprender nada de la experiencia. Su historia está marcada por el deseo de poder absoluto y su antigua imagen de luchador social, motocicleta y chamarra negra incluida, ha quedado sepultada bajo a soberbia de quien se cree todopoderoso.

Hace poco, el mismo Higinio Martínez criticó la presencia de traidores en Morena a nivel nacional. Sin embargo, en Texcoco, este fenómeno se ha convertido en una estrategia política orquestada por el propio Nazario Gutiérrez. Mientras la base de Morena sobrevive con salarios precarios y la presión del voto duro, la élite política sigue asegurando su permanencia.

Texcoco, ’donde se vive bien’, sigue atrapado en un esquema de simulación y olvido. La prensa, los ciudadanos y los valores que alguna vez defendió Gutiérrez Martínez ahora parecen prescindibles para su proyecto de poder.