Julio César Tapia
abogado
La procuración de justicia es un tema de vital importancia para cualquier gobierno, en el Estado de México, durante mucho tiempo la fiscalía ha sido un elefante blanco, en el que procuradores hoy llamados fiscales se han servido del cargo coaccionando a la policía y ministerios públicos el tradicional moche no es un mito es una regla de oro, y ahí se cobra por el el inicio de carpetas de investigación, por la devolución de vehículos que no se realiza hasta que no se cuente con el visto bueno de los superiores jerárquicos quienes son los encargados de tener su caja chica, el uso, arrastre, maniobras y custodia por parte de los prestadores de servicios de gruas, que realizan cobros excesivos y funerarias que operan en colusión con las agencias del ministerio público, hasta el visto bueno por un procedimiento abreviado, que de no cumplir la expectativa del fiscal se niega, concediendo un octavo de la pena y no el tercio que eventualmente cita el CNPP. Por lo cual deberá ser motivo de una verdadera legislación en donde la pena este ya tasada.
Motivo por el cual los fiscales regionales, deben ser evaluados bajo perfiles de ética, moral y profesionalismo, pues en muchos casos estos han estado coludidos con la delincuencia, muchos de estos servidores públicos valiéndose de cateos realizan motín de guerra, así como diversas diligencias en las que llegan a quedarse con inmuebles, casas, motocicletas, alhajas, dinero, vehículos, en donde la tortura sigue practicándose, en donde la policías arman delitos, si bien el fiscal carnal ha sido una alternativa para ser mas transparente el servicio publico lo cierto es que estos males aun siguen en practica y en donde la ciudadanía es doblemente revictimizada.