#Las manos mágicas que labran y delinean la cultura mexicana


#Las manos mágicas que labran y delinean la cultura mexicana
Cultura
Agosto 23, 2022 23:18 hrs.
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Por Adriana Salazar

Las manos mágicas que labran y delinean nuestra cultura sureña.
En mi casa desde que nací hay un cuadro en una elegante base de madera con un marco intermedio de latón que sostiene una hoja de Ámatle, del náhuatl, que significa corteza del árbol amate. Dicho árbol se encuentra en América, pertenece al género ficus, específicamente en México, Guatemala, el Salvador y Honduras en donde se le conoce con ese nombre. Sin embargo en Colombia se le llama ’higuerón’ y ’ojé’ en Perú y Bolivia. Así pues, el ámatle es una delicada hoja café que asemeja un pergamino, piel planchada pero en tonalidad oscura, en mi caso, mi cuadro resalta por la increíble combinación de la madera, el latón, el ámatle y sus atractivos colores. Entre las culturas indígenas creaban su propio papel amate , en la cultura maya le llaman hu’un, en donde sus antepasados plasmaban ahí sus códices y todos sus conocimientos: astronomía, profecías, ciclos agrícolas e historia.
Esa hoja que ha estado en casa, en mi familia, por toda una vida, seguramente mas de 45 años, contiene diseños de animales sagrados, aves y flores de colores pintorescos formados por trazos largos a manera de gajos y gotas. Probablemente he contemplado tantas veces esas figuras delineadas sobre el amate, su colorido a base de pintura de agua finamente detallado. En dichas obras predominan las aves como el Quetzal y el Colibrí, animales de formas extrañas con alas, que al mismo tiempo representan animales comunes pero que al ser manipulado en su forma se eleva a condición de deidad. El tipo de dibujo o trazo no tiene un nombre en específico pero son formas tradicionales usadas desde tiempos prehispánicos en donde se veneraba a los seres de la naturaleza, llámese animales o plantas, con el uso de colores tan llamativos que captan de inmediato la vista, son los colores típicos del alebrije, el colorido prominente y representativo del Estado de Guerrero, no en vano, el futbolista guerrerense Jorge Campos sorprendió en el mundial de 1994 con la autenticidad y florescencia de los colores que portaba en su uniforme.
Mas hacia el sur, en Oaxaca o tal vez desde Puebla, a esas figuras de animales que a veces parecen demonios, los indígenas nahuas les llaman nahuales. Seres a veces con figura humana que tenían la capacidad de convertirse en animales, a veces formas humanas o divinas, se les considera unas veces malvados o benévolos. En culturas como la irlandesa son considerados como una especie de avatar que espejea y exalta la personalidad del individuo, si éste es malo el animal lo será, si por el contrario es bueno, también se proyectará en la figura. En especial para mi, esos seres representan algo común desde mi infancia, son parte de la decoración de mis habitaciones, aunque hacia ya muchos años que no estaba yo en lugares del sur.
Hace unos días, caminando por el zócalo de la ciudad de México, me tope con mi vista baja unas manos morenas de un hombre sereno, entre sus manos usaba un pincel delineando un ave sobre un amate, de inmediato levanté mi vista junto a mi ánimo, pensé en segundos, ’yo conozco esos trazos’, esas manos, yo he visto esos colores y de pronto pensé en Acapulco, Oaxaca tal vez, algún lugar de mi infancia. Al ver sus manos morenas pensé, ’ se parecen a las de mi abuelo’ un hombre que trabajó por los derechos agrarios y al servicio del turismo precisamente en aquellas regiones. Mi abuelo era un hombre muy justo, muy ecuánime, padre de 3 hijas que vivieron su adolescencia en Acapulco, una de ellas, mi madrina, ella era la hermana de en medio, de una delicada piel morena apiñonada, con un lunar junto a su boca, cabellos castaños y de una exquisita y delgada figura como si estuviera delineada por un pincel. En mi familia era raro que alguno de nosotros tuviera tez morena, sin embargo, los pocos, han trascendido de manera espectacular en esta tierra. Recuerdo de niña haber ido con una tía abuela a una conocida tienda departamental, la más grande de México, mi tía fue educada probablemente con algo de ideas anglosajonas, estoy hablando de una visita al centro comercial a principios de los 80’s, al entrar, wow! Wow! Era casi la mitad del piso lleno de bellísimas y clásicas muñecas, imagínese usted yo venía de transitar mi infancia en el sur, las hermosas muñecas me dejaron encantada y sorprendida con sus texturas, sus vestidos, un escenario de diversidad cultural entre muñecas. Yo detecté una morenita vestida de indígena y me he quedado congelada contemplándola, no recuerdo si expresé algo, sólo se que mi tía captó mi congelamiento y dijo: ’mira!! Una muñeca negrita!! Como tu madrina!!’ Nunca olvidare ese comentario, realmente no me parecía el color de mi madrina, no entendí muy bien la comparación en ese entonces, tenía menos de 5 años de edad, no sabía que mi bisabuelita tenía algo de ideas confusas sobre el malinchismo, racismo, vamos el color de la piel y las identidades. En realidad yo lo único que esperaba era que me compraran la muñeca. No lo hicieron, tal vez por ello me quedó el recuerdo, mi impacto fue por la belleza y la personalidad de la muñeca, su atuendo; el impacto de mi tía fue el encontrarse en un palacio departamental frente a muñecas de porcelana junto a una muñeca con identidad indígena.
Por eso cuando me topo unas manos así, no puedo evitar detenerme, me es fácil y afectivo reconocer esas manos, ya se como trabajan, ya se como ilustran.
Levante mi vista y contemplé un escenario de gran variedad de pinturas sobre el amate, desde separadores de libros hasta largos colgantes. El autor de nombre Rodolfo Rodríguez me explico que la corteza es talada, preparada y trabajada para ser comercializada en los Estados de Morelos, Guerrero, Oaxaca y Puebla. Don Rodolfo mencionó ser originario de un lugar llamado San Agustín Huapan, alguna comunidad de Guerrero. Nació en el año de 1951, comenzó a pintar desde los 16 años por necesidad primero, ya que paso gran parte de su infancia en un internado en Tepecuacuilco porque en su comunidad no había escuelas. El municipio colinda con el Estado de Morelos. Él pronto aprendió el oficio, conoció el papel, aprendió a manejarlo a ayudarse de él, a crear, a disfrutarlo. Hizo de la artesanía en amate parte de su vida, formó y forjo una familia en ’el Palacio de Cortez’, dijo. En realidad lo dijo en sentido figurado refiriéndose al símbolo de la ciudad de la eterna primavera, Cuernavaca en el Estado de Morelos. Tiene más de 40 años dedicado a la pintura en amate y hoy solo 2 de sus hijos conocen el oficio y sólo uno de ellos se dedica a ayudarle en la artesanía. Así en esas condiciones está la artesanía y sus artesanos en México, vulnerables, sus hijos han marcado otro rumbo, es raro que hoy la familia desee continuar la tradición, tienen otras expectativas, algunos otros orgullosos y honrando el legado de sus antepasados, él enfatizó que no fueron sus padres quienes le dejaron el legado pero si algunos antecesores o maestros de vida con los que se encontró en el camino y agradece el haber tenido ese talento que le genero una familia, educación para sus hijos y dignidad tanto como el orgullo de su identidad mexicana. Es increíble como mientras muchos comerciantes a su alrededor buscan atraer la mirada de la gente para que les compren, el nunca soltó su amate y sus pinceles, y muy ligeramente alzaba la vista de vez en cuando pero resultaba tan atractivo verlo pintar en silencio, sin premura, sin urgencia. Que cualquiera se acercaba a comprar sin reparar, aunque fuera un recuerdo, es un deleite ver manos constructivas disfrutar su trabajo sin importar el costo. Le pregunte cuanto costaba la hoja artesanal pintada más grande y dijo que alrededor de 1200 pesos! Pero también dijo que la sola hoja de la corteza del árbol tiene un costo de 800 pesos. No lo dijo en forma de reclamo, parece estar acostumbrado después de décadas de dedicarse al oficio, lo dijo para que yo lo comprendiera de no poder darme un precio más accesible. Así son nuestros sabios maestros mexicanos, no les urge nada pero todo lo observan, pocos, quedan muy pocos, y los pocos que quedan están en primera fila atestiguando como corren todos a buscar dinero a buscar comida, a buscar atención. Cuando uno se acerca a Don Rodolfo, el calla, te ve y te responde, disfruta platicarte su historia, pero al mismo tiempo te observa en sigilo como un ave desde el árbol, analiza quien eres, que buscas y que quieres. A mi no me ofreció nada, pero le dije que me gusta el náhuatl y me regalo algunas palabras en su lengua natural, hemos platicado de la ’nona y del tata’ y yo recordé a mi prima que me invitaba a comer con su tata en su paradisiaco invernadero en Cuernavaca. Era como viajar al cuento de Alicia en el país de las maravillas. Hoy en día es más seguro ir a Chapultepec que visitar al saturado Cuernavaca, yo solía tener primos ahí, artesanos, decidieron migrar hacia Querétaro. Preocupada estoy yo, por la urgencia de las masas, por la prisa de la gente, a veces me detengo en un moderno y cómodo sofá en algún centro comercial a observar todo, me como algunas semillas o un pan de dulce mientras observo, quienes entran, quienes salen, caras tristes, caras alegres, personalidades afines que te emiten mensajes, extranjeros que portan a su país en su identidad, el movimiento que se genera entre los empleados, los gerentes y los directivos, veo como el marketing se comunica te habla de un libro intelectual o sagrado, escondido entre libros, otras veces sobre todos ellos en primera plana y a veces sin querer encuentras algún libro muy oculto, que nadie debe ver y sin embargo te muestra al frente camisetas en oferta para uso diario, o te ofrece un best seller sobre un supuesto fraude gubernamental en México, algunos libros de historia de México, incluidas las biografías de Narcotraficantes junto a un libro del penacho de Moctezuma. Y siempre encontrará usted historias de judíos exterminados por los nazis. Aun también se encuentran libros de obras de arte, de Frida Kahlo y de destinos turísticos paradisiacos. Muy pocos libros o ninguno de manos morenas, muy escondidas las historias de los hombres sabios y mesurados!! Pero siempre encontrara libros de como hacerse millonario en un día. Habrá muchos libros de crítica negativa o aplauso para Donald Trump, pero habrá alguno que me explique ¿ Porque Donald Trump se casó con una mujer yugoslava? Hay infinidad de libros de Felipe Calderón y Peña Nieto; ¿ alguien ha visto alguno de Mónica Pretellini o de Margarita Zavala? Y no me refiero a estadísticas de sus periodos en DIF, sino ¿en que piensan cuando ven unas manos morenas?, cuando escuchan sobre un niño desaparecido, una niña, un bebe robado o 43 normalistas desaparecidos que nunca volvieron a casa, sobre militares o policías militares desaparecidos, que han dejado solos a niños de brazos, ¿ que piensan respecto la gente que se manifiesta en publico hablando sobre el terrorismo de estado y el movimiento feminista? ¿ Que piensan del Estado mexicano como único violador de los derechos humanos? ¿ Que piensan de un Estado que se cree favorece a la cúpula empresarial del país y del extranjero? Aclaro, no son inquietudes personales, le estoy dando lectura a una publicación del 2019 llamada Consigna, que también habla de la tortura en México como practica transexenal ( la publicación la encuentra usted hoy en el zócalo junto a Palacio Nacional o en internet: fnls.msyfirst.org) , arriba mencioné 2 nombres de mujeres profesionistas, cultas, que les toco ver de cerca las enormes dificultades para equilibrar el bienestar humanista con el bienestar económico (derechos humanos). De ese tipo de mujeres, que menciono como ejemplo, no esperaría un ’lo vamos a revisar’, mucho menos un ’no es cierto’ , y desde luego que no desearía escuchar ’es que ya se resolvió el caso y que no pasa nada’, ni hablar de un ’deje le digo a mi marido que le conteste’. Pero de ellas y de toda mujer culta, profesionista, preparada y con representación si se esperaría conciencia, compromiso y reconocimiento de que el mundo nos rebaso y que son importantes acciones determinantes que modifiquen la infraestructura infestada sobre la que estamos reconstruyendo, que es muy difícil ayudar a alguien si no se corrige el origen que la propicio y que hoy tiene raíces muy fuertes… ¿ acaso no es por eso que los casos que arriba menciono que tienen años , décadas no se han resuelto, porque no se ha podido llegar al origen? Porque tienen enormes raíces entrelazadas unas con otras, a veces parte de dicha raíz corresponde a la propia víctima, a su idiosincracia o de sus familiares, q muchas veces es así, y entonces es complicado desvincular el resto.
Salgo de los Palacios Comerciales, y no me quejo, en verdad me gustan, algunos, depende de quien los trabaja. Pero salgo exhausta de este mundo que fue invadido por drogas, por delincuentes, por tratadores de blancas, por guerras sucias, en cada esquina hay letreros de se busca un perrito, se busca un hombre que salió a trabajar y no volvió, ’ se los llevaron vivos, vivos los queremos’ , fuimos a la feria y se perdió una niña. ¿ Que paso en el mundo con las manos morenas? Dicen los libros de investigación periodística: ’ pueblos arrasados en comunidades alejadas, allá en las montañas, detenciones masivas, detenciones ilegales, enclaustramiento en cárceles clandestinas. Dicen las lonas ’presos políticos en Oaxaca manifestándose fuera del Consejo de la Judicatura de la Nación’, presos políticos en Nicaragua, en el Salvador, desaparecidos en Guerrero, tan solo ayer me dicen mientras yo estaba en algún lugar del centro, ’detuvieron a una chica en delegación de Oaxaca por manejar en malas condiciones, salió muerta de la delegación siendo que solo fue detenida en estado inconveniente’!
Y decido salir del centro comercial y buscar un refugio porque algo no esta funcionando bien, requiero 5 minutos, quisiera sentarme a ver el mundial de futbol del 94, ver los goles de Luis García y el vuelo de Campos como si fuese un ave, o ir a comprar una muñeca a una tienda departamental sin que nadie me diga es negrita o güerita. Es curioso, mi madrina para ese entonces estaba recién casada, poco antes coincidió en su Universidad con un hombre que buscaba ser su amigo, tal vez impactado por su piel morena apiñonada, y su olor a Acapulco, en el futuro ese hombre se convertiría en defensor de los derechos humanos de los indígenas, de las manos morenas.
Le recomiendo que al salir de un centro comercial se tome 5 minutos para sentarse junto a una fuente, casi siempre hay una, con suerte y tiene agua aún, y con mucha más suerte puede que se encuentre algún lindo pez blanco plata, que le recuerde el equilibrio entre el bien y el mal, la esperanza, el sentido de humanidad y nuestro vulnerable origen, puede ser cualquiera el que este en una pileta encerrado puede ser cualquiera el que este sufriendo, puede incluso el pez ser el libre y nosotros el preso, necesitamos regresar al origen, a nuestros ancestros, a nuestra identidad, escuchar su sabiduría kinésica, su amor innato por su entorno, su contexto, su raíz, aprender de su mesura, y eso no implica destruir los Palacios también son nuestros ancestros, no tenemos porque destruirlos o ponérnoslos, pero si comprenderlos, honrarlos, son del mismo valor la plaza de las tres culturas, el metro de la ciudad y una torre latinoamericana, son símbolos de épocas, tienen funcionalidad aun cuando en acervo cultural no lo alcancemos a ver, es cultura, es identidad, y fueron ’ manos morenas quienes los levantaron’ sin menospreciar el talento intelectual de mexicanos y extranjeros profesionistas que trazaron con ideas inspiradoras nuestra cultura e imagen de México.

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