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Los partidos políticos y sus líderes renovados

Los partidos políticos y sus líderes renovados
Periodismo
Agosto 25, 2015 21:58 hrs.
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RODOLFO VILLARREAL RÍOS › guerrerohabla.com

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Vivimos los tiempos en que los tres partidos políticos más importantes están inmersos en cambios de sus dirigencias. Bajo estilos distintos, cada uno de ellos procede a cambiar la cara de quienes los encabezaran en los años por venir. Partiendo del principio de que las formas de hacerlo son un asunto que corresponde exclusivamente a quienes militen en cada uno de ellos, esto no implica que desde afuera no sea posible emitir un comentario de como se observa a la distancia lo que ahí acontece. Vayamos a ello.
Empecemos por el PRI. Aquí, el arribo de Manlio Fabio Beltrones Rivera fue recibido con júbilo. No se ha escuchado entre sus militantes voz alguna discordante. Los priistas sintieron que alguien de los suyos llegaba a dirigirlos. Hay quienes dicen que desde hace tiempo, cuando Luis Donaldo Colosio Murrieta llegó a tal cargo, no se observaba un entusiasmo similar entre la militancia. Y en ello coincidimos y agregaríamos algo más. Hemos intercambiado puntos de vista con priistas, de los de a de veras, y percibimos su beneplácito, algo que podría ser comprensible. Sin embargo, también nos hemos percatado que existen otros ciudadanos quienes, aun cuando ven la política a la distancia, están sumamente complacidos por la designación del sonorense. Al respecto, nos dicen que al ciudadano Beltrones Rivera lo ven como un político pragmático y que desearían que el PRI fuera simplemente una estación de parada previa hacia el rumbo de la antigua Hacienda de la Hormiga. Nosotros, aun cuando reconocemos la habilidad política del personaje, les aclaramos que ni somos sus fans, ni mucho menos aspiramos a convertirnos en sus matraqueros, simplemente les decimos que dadas las circunstancias actuales y el calibre de los contendientes, pues si tiene amplias posibilidades de arribar por aquellos rumbos. Pero no todo son alabanzas a como los priistas entronizaron a su líder. Hay por ahí un barbicano comentarista quien no pierde foro alguno para andar contando su verdad distorsionada destinada a embaucar incautos. Y cuando encuentra quien le haga segunda, como sucedió hace un par de días, pues aquello se convierte en un aquelarre en donde llueven toda clase de críticas a lo que el priismo ha representado históricamente, mientras olvidan que en aquellos años del “priísmo detestable,” las tasa de crecimiento promediaban entre el cinco y siete por ciento anual, la movilidad social existía y la paz prevalecía en lo general. Eso es lo que no alcanzan a, o no quieren, entender del porque la postulación de Beltrones fue aceptada sin aspavientos. La decepción por lo actual y la añoranza del pasado que, a pesar de no ser perfecto, era mucho mejor que lo actual. Y mientras los priistas lo hacen a su, y con, estilo, los otros partidos muestran que aun andan en etapa de aprendizaje o bien exhiben su falta de tacto.
Como aquí lo señalábamos la semana anterior, el más preclaro exponente de la “mochería” panista, Ricardo Anaya Cortés, se alzó con la victoria en lo que quisieron presentar como un ejemplo de elección democrática, pero que finalmente resultó un mascarada en la cual las manos “santas” ya habían escogido previamente a quien sería su líder. Prueba de ello fue que, oficialmente, más del sesenta por ciento del padrón albiceleste prefirió abstenerse de ir como comparsa a lo que de antemano asemejaba como sí hubiese sido organizado por Don King, no decimos George Parnassus porque este si sabía cómo armar las contiendas. Y para mostrar que la misma mano oscura sigue organizando el devenir del otrora partido de la gente decente, el chico maravilla anuncia que el coordinador de la bancada panista no será su promotor, Gustavo Enrique Madero Muñoz sino Marko Cortez. De esta manera, se muestra la libertad (¿?) con que el queretano habrá de ejercer su liderazgo. Y de pronto por ahí aparece “El Tirantes,” volando hasta caer sobre el enlonado para dar los tres palmetazos de rigor y declarar vencedor a quien aplica las espaldas planas al rival. Mientras tanto en los vestidores, en privado como corresponde a la gente decente, otros panistas no contentos con las formas arman una campal soterrada cuyo objetivo es alcanzar una piscacha de poder que les permita seguir aspirando y suspirando por lo que viene en el 2018. Y mientras tricolores y albicelestes ya tienen definidos sus liderazgos, los terceros investidos de amarillo y negro aun no logran ponerse de acuerdo.
Inmersos en sus batallas tribales, en donde el ciudadano López y sus secuaces se fueron a formar un partido paraguas que los proteja de todas las trapacerías contenidas en su historial político, los que se quedaron buscan a quien endilgar las culpas por su debacle electoral. No se percatan que la ciudadanía ya les tomó el número de placas y ha llegado al hartazgo ante su falta de pericia para gobernar. Como no se pueden poner de acuerdo entre ellos, parece ser que el próximo líder lo irán a buscar a las afueras de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, ahí en donde se ofrecen servicios de plomero, carpintero, albañil y otros oficios, entre los cuales no nos sorprendería que pronto apareciera alguien con un cartoncito en el cual se lea, “se hacen trabajos de líder de partido político.” Ello aseguraría que la izquierda (¡!) mexicana no se polarizara pues de fuera vendría quien habría de encabezarlos sin estar ligado a ninguna de las tribus. Ahora que si es uno de los de adentro, hoy tratan de vender como ejemplo de modernidad al senador guerrerense, Armando Ríos Piter. Y claro, quienes lo promueven como adalid de político moderno, le cuelgan todo tipo de virtudes. Sin embargo, sus malquerientes van a los archivos y muestran las fotografías en la que aparece muy sonriente abrazado del ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca Velázquez y entonces la modernidad empieza a despintarse, por lo cual proceden a buscar otra opción. Y aquí aparece el senador chiapaneco, Zoé Alejandro Robledo Aburto a quien también lo adornan con toda serie de florituras hasta que les recuerdan que es el hijo del priista que actuó como gobernador fallido en aquella entidad, Eduardo Robledo Rincón. Y como no encuentran al ser perfecto, pues continúan en estado dubitativo mostrando lo que siempre ha sido la izquierda mexicana, un conglomerado de intereses tartufianos en donde todos a lo único que aspiran es a poseer un pedazo de poder que les permita continuar alejados de aquellos años en donde el pantalón de mezclilla y el taco de suadero eran la constante.
Al final de cuentas, nos encontramos que entre la clase política los únicos que una vez más vuelven a mostrar el oficio son quienes una y otra vez han sido denostados, sin negar que en ocasiones han provisto con suficiente material para justificar serlo, pero que al final muestran no haber olvidado que fueron formados en la institucionalidad, algo que los otros por más que quieren no alcanzan a comprender. Tal como hace unos días lo comentábamos con un distinguido priista hidalguense, “El PRI ha funcionado, y muy bien, cuando han sido utilizados los procedimientos, impresos en su ADN, que son derivados de la negociación y el dialogo. A lo cual nos respondió:”…afortunadamente habemos muchos que desde diversas trincheras, hacemos lo prudente y conveniente para que el sistema político que ideó el estadista [Elías] Calles, [como bien lo llama usted] siga caminando pese a todas las tormentas e imponderables de la política internacional y uno que otro disparo nacional…” Y ni que decir, nuestro interlocutor tiene toda la razón. A pesar de que a algunos no les agrade la parafernalia priista, son los tricolores los únicos capaces de ofrecer, una vez más, un liderazgo que a los ojos de varios empieza a concebirse como una posibilidad de que hay esperanzas de corregir el camino que hoy asemeja condiciones similares a las calles de una ciudad cuyo nombre nos abstenemos de mencionar. [email protected]
Añadido: Movidos por la curiosidad, nos fuimos a dar una vuelta por el Museo de la Frontera Norte en nuestra natal Piedras Negras Coahuila. Un sitio que de entrada está caracterizado por la amabilidad de quienes atienden al visitante. Encontramos información interesante sobre el pasado de la ciudad. Todo iba bien hasta que nos topamos con una efigie de cartón (muy adecuada para un sujeto de tal calibre) que nos provocó nauseas, era la del cobarde-gigoló-sinarquista-nazi, José Vasconcelos. ¿Por qué tanto homenaje a un tipo que nada hizo por la ciudad? ¿Acaso no recuerdan que ni siquiera estudió ahí? ¿Que motiva la quema de incienso a un sujeto tan deleznable, ignorancia de la verdad histórica o afinidades? En la sección de personajes de la cultura en la ciudad, incluyen a quien no dejó ningún testimonio escrito relacionado con la labor que supuestamente tenía encomendada y cuya última intervención pública fue una repetición, sin dar el crédito respectivo, del contenido de una de las columnas aparecidas en este espacio. A la par, se ignora al autor de los únicos dos libros serios que han sido escritos sobre como los ciudadanos de a pie construyeron la historia del Piedras Negras de todos los días durante el Siglo XX. Pero como seremos, se nos olvidaba que él fue producto de la cultura del esfuerzo y no recurrió al “oficialazo” para narrarle a sus paisanos la historia de su pueblo. RVR

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