#Mercado Hidalgo, la personalidad de la Doctores, su identidad y el rumbo


#Mercado Hidalgo, la personalidad de la Doctores, su identidad y el rumbo
Periodismo
Agosto 13, 2022 00:38 hrs.
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Por Adriana Salazar

CIUDAD DE MEXICO, a 12 de agosto. - Antes de que la vanguardia nos agobie, detengamos el reloj un momento , reflexionemos un poco hacia donde vamos ¿ Qué hemos hecho al desarrollo urbano de este país? Y ¿ Qué deseamos a futuro? ¿ Con que herramientas estamos dispuestos o habilitados a caminar hacia el futuro?
En un viejo barrio de la Colonia Doctores, entre las calles Dr. José María Vertiz, Dr. Arce y Dr. Andrade, nos encontramos en un enigmático y reflexivo lugar. He pasado por ese sitio varias veces y de inicio ha capturado mi atención una plaza llamada Artes Gráficas; ésta me ha intrigado desde el primer momento, es una construcción que parece o insiste en flotar sobre la popular urbanización de hoy en día, dicha construcción se ubica físicamente no muy lejos del centro histórico. La plaza a gritos se rebela entre las necesidades sociales, la modernidad, su identidad, su historia, el futuro que le viene y los contextos populares del presente.
La edificación más antigua del Barrio de la Doctores, data de la época de Don Porfirio, ya que de los primeros colonizadores virreinales no ha quedado nada. Hoy el complejo detalla adaptaciones de edificaciones y negocios para satisfacer las necesidades actuales modernas y sencillas; así como adaptaciones de cascarones de grandes casas. Algo similar pasa a gran parte de la ciudad; sin embargo, resalta en el citado jardín de las Artes Gráficas, desde el primer momento en que lo pisas, la uniformidad y solidez de sus pisos triangulares, los enrejados triangulares de sus jardines y sobre todo su fuente principal en forma de estrella solar a base de perspectivas triangulares así como sus detalles esculpidos de manera artesanal; que aun sin tener fecha y sin que nadie te sepa hablar de su origen claramente, podría haber sido un jardín ornamental previo al Porfiriato, aunque tristemente con distintas adaptaciones a lo largo de todo estos años de vida.
Los detalles de sus estrellas son una característica arquitectónica de la cultura Andaluz cuyos orígenes se derivan de la cultura islámica e hindú de donde proviene el origen de la estrella. Se le considera un símbolo representativo de los adoradores del sol , además de su relación con el Rey David para quienes son creyentes. En algunas casas del porfiriato es muy común ver en sus suelos o en cielos aquel símbolo , tal vez porque los principales impulsores, arquitectos, que diseñaron las construcciones de la ciudad de México son un francés Emile Benard quien construyo el Palacio legislativo, Adamo Bavaria quien edifico Bellas Artes y Palacio de Correos, sin olvidar a Antonio Torres Torija quien diseño Lecumberri. A quienes honramos por su gran legado cultural en sus palacios, que aun operan y son funcionales.
El viejo barrio clama su identidad y sus costumbres, inclusive sus tradiciones, insiste por prevalecer pese a que la evolución y el desarrollo socio- económico de este país lo ha dejado excluido , abandonado o demeritado en sustento, también un poquito irónico y forzado al intentar equilibrarse a las necesidades actuales de agua potable , parques de activación física, áreas deportivas, cárcamo y actividades de inclusión para el adulto mayor, discapacidad o de demanda infantil. Se nos olvidó que solía ser un jardin ornamental, estético, dirigido al barrio que solía ser de clase alta durante algún tiempo y que hoy trata de encontrar alguna empatía con el contexto popular urbano sin menospreciar la posible creatividad de algunos nuevos talentos o criterios.
En ese mismo tenor esta el Mercado Hidalgo, se dice que es uno de los mercados más antiguos de la vieja Indillas o Col. Hidalgo, quien hoy y desde hace varios años lleva el nombre de Col . Doctores, por tener entre sus calles, el nombre de diferentes médicos relevantes para este país. El mercado, por obvias razones, no cuenta con el diseño estético del jardín, sin embargo cuenta con solidez en su infraestructura, una del tipo de ’super – mercado’ típico de los cincuentas, sesentas, setentas tal vez, un lugar como salido de películas. Algunos de sus establecimientos internos preservan aun detalles y azulejos propios de aquella época, en donde de pronto sientes como si te fueras a encontrar a algún personaje del cine de aquellas épocas desde una ’Chachita’, un Pedro Infante o un ’Resortes’.
Con plena organización, distribución e higiene te encuentras comercios simétricamente ordenados por colores y sabores en sus puestos de frutas y verduras mientras en frente de alguno de ellos puedes encontrar uno de dulces típicos de México, desde dulces de leche, ates, cocadas, cubiertos de fruta, jamoncillos, entre una gran diversidad de chocolates, y semillas. Al fondo del mercado un sorprendente pasillo de ferreteras en donde puedes encontrar todo tipo de materiales y servicios que te solucionan de inmediato, costos accesibles para los vecinos de alrededor. Cabe destacar que una de las actividades comerciales de mayor auge y presencia es la venta de comida, desde donde encontramos una gran diversidad de fondas, antojitos, comidas corridas para quienes laboran por ahí, hasta otros comercios de alimentos y bebidas más elaborados, de público específico y de gran demanda que se trabajan a diario como paellas, mariscos y carnes.
Una organización de mercado digna de recordarse en la mayoría de los aspectos. Sin embargo hoy su funcionalidad con identidad no logra ser empática con la prisa vanguardista social, la apatía y el descuido de las autoridades por el mantenimiento del inmueble en lo que a su parte corresponde, es que los mercados no son propiedad de uno sino de muchos, por ende su equilibrio visual y preservación de identidad depende mucho de quienes dirigen y supervisan el desarrollo urbano de la ciudad y sus construcciones, hay una falta de creatividad de dicha área para modernizar sin quebrar la identidad y el giro, un tanto reconozco es apatía cultural social. Creemos que cambiar es evolucionar, pocos buscan resaltar la identidad de origen como estrategia económica porque es aquello que lo hace auténtico. Caso curioso, la desesperación sacó a un locatario a vender frutas y verduras en la calle esquina del mercado, mientras que adentro se quedaron taxistas o boutiques de ropa que bien podrían tener su propio negocio independiente sin mercado, porque no son el giro del mercado.
¿Por qué nos cuesta tanto el desarrollo urbano con armonía? ¿Por qué buscamos culpables? No se trata de expulsar a Wal Mart de México con sus carritos del supermarket, sino de reorganizar la cultura de los mexicanos. ¿Sabía usted que en países del primer mundo como Gran Bretaña, Canadá, Francia, y Estados Unidos gozan algunos ’mercados’ de gran éxito y atención en su infraestructura y giro comercial respectivamente? ¿Sabe en que radica dicho aprovechamiento? En su identidad inquebrantable que además empatan con la del país y sus intereses turísticos. ¿Qué le pasa a los códigos mentales del mexicano que establecemos que el mercado es para pobres y carece de especificidad? ¿Qué pasa en nuestros códigos culturales que no comprendemos que no son competencia o enemigos, que el centro comercial es un autoservicio rápido? Ya ni cajeras hay! Uno se puede cobrar sólo en caja, de 20 cajas hay a lo mucho 4 cajeras constantes y como 8 máquinas para que uno se autocobre. Felicito en cambio a los que aun en su día libre van al mercado en familia a seleccionar su despensa pieza a pieza y a disfrutar algún antojito. Pero me gustaría felicitar más a que generemos conciencia, muchos profesionistas por fortuna no tenemos fines de semana, sino mucho trabajo, y necesitamos el autoservicio digital, en veces se antoja una fruta o verdura exótica o marisco fresco y recién llegado que sólo podríamos adquirir en un mercado y éste opera por la mañana. El profesionista evolucionó el mercado no, o definitivamente no es su meta, el centro comercial espera hasta las 12 de la noche, el mercado opera desde las 4,5 de la mañana. A veces la desesperación del comerciante es tan grande de no tener clientes que busca salirse a la calle, quiere vender afuera de tu casa para que lo veas en la mañana al salir! Y tampoco se trata de tener el mercado en la cochera de mi casa, prefiero ser yo quien elija ir al mercado de vez en cuando. Tampoco se trata de que lleves la zapatería al jardín ornamental del barrio para que salga a comprarte. ¿Porqué hacemos esto? El que tiene una necesidad saldrá a buscar donde corresponde! Y el que no la tiene, ni aunque se la pongas afuera de su casa, de hecho menos!
Vale la pena entonces reflexionar, el movimiento urbano expresa la continuidad de lo que somos, esta lleno de pasado suscitado por la actitud asociativa de los sentidos, los visuales, de correlación , de espacio, etc. El tiempo vive en nosotros, en la realidad que plasmamos y en su ’secuencia’ temporal continua. Es importante visitar nuestros barrios antes de planear el desarrollo urbano y saturarlo de carros o estacionamientos, analizar que queremos dejar y que nos hace falta, equilibrar nuestra conciencia, me sorprende q cuando empezó el proyecto de las eco bicis, a la par surgió uno de estacionamientos!!! Hoy en día los edificios tienen mayor capacidad de estacionamiento que de servicios, y entonces la cultura de la bici para quien es? ¿Qué no sería bueno detenernos a analizar en nuestra identidad y en el concepto equilibrado de estatus?? Es que un estacionamiento se crea para vehículos y obstaculiza la vista del centro comercial? En donde esta el estatus?¿ En la calidad y exquisitez del negocio o en que puedan meter todos sus carros? Yo tengo un poco de confusión en eso! ¿Cómo equilibrarlo? ¿Cómo actualizar la versión de lo viejo es pobre y lo nuevo es de alto valor en estatus y en economía? ¿Cómo trascender para regresarle a lo antiguo su estatus y no ser cautivo de lo digital al 100%? ¿Cómo hacerlo sin ridiculizar lo viejo, sin empobrecerlo y tampoco culpando del todo a la vanguardia? La responsabilidad es de educación, ¿Qué nadie sabe que tenemos joyas arquitectónicas y culturales? ¿ Qué no sabemos que somos ricos en ello y lo destrozamos en pedazos para comer un día? ¿Que no sabemos que podemos comer de ahí toda la vida? Las imágenes culturales que tenemos son elocuentes, invitan a la reflexión en la reconstrucción equitativa de un México orgulloso de su identidad. La convicción de que lo viejo no es pariente de lo obsoleto, sino de lo clásico. Tanto como lo nuevo es sinónimo de perfecto y único.

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