ACAPULCO, Gro., 21 de noviembre de 2021.- El arzobispo porteño, Leopoldo González González planteó un ’diálogo entre la autoridad y las personas que han cometido crímenes y delitos, a fin de restaurar el orden de justicia.
En su comunicado dominical, el prelado católico aclaró que ’no se trata de un arreglo en lo oscuro, sino transparente y público legal’ que busca la solución de fondo de la violencia y la seguridad.
Además del beneficio de la sociedad, ’viendo por la víctima y rescatando a aquella persona de su conducta criminal’. Cuestionó: ’¿Es posible poner ahora las condiciones para este proceso de manera más amplia? Tal vez valga la pena considerarlo y discutirlo en busca de mejores resultados’.
Subrayó que la autoridad no puede ella sola erradicar la violencia, sino que todos los ciudadanos debemos comprometernos al bien común. Abundó que ’como sacerdotes hemos de buscar el diálogo con toda persona, porque por todos Jesús murió y resucitó, y a todos ofrece su salvación.
El Papa nos pide ir a las periferias existenciales y la de quienes perpetran el crimen y el delito es una periferia muy dolorosa para la sociedad y de perdición para ellos.
Nuestra fuerza es la Palabra del Señor para llamar a conversión o al menos para intentar el bien posible en esas circunstancias’. Enfatizó que desde hace años se nos invitaba a mirar la violencia en nuestro país como un problema de salud pública.
’Verla desde esa perspectiva implica reconocer que el esfuerzo por erradicarla debe ser multidimensional’.
Es decir, que se requiere un diagnóstico interdisciplinar que identifique los principales factores de riesgo sobre los que hay que intervenir y que es necesaria la cooperación de todos los sectores públicos y sociales para abordar el problema de la violencia mediante la acción colectiva, con estrategias diversas adoptadas por todos, cada quien, según el ámbito de la propia competencia.
Expresó una palabra de cercanía y de consuelo a quienes han sido víctimas de estas violencias y dijo que ’a muchos nos duele y nos indigna lo que les han hecho’.
Remarcó que las extorsiones y el cobro de piso, la destrucción de negocios y pertenencias para intimidar, son una dolorosa sangría que socava la esperanza y el deseo de trabajar.
Reconoció que el sentir de gran parte de la sociedad es ‘Ya basta de todo esto’. Dijo que es claro que es un mal con raíces de largo tiempo atrás, abonadas por la impunidad, por lo cual vio necesario todo un proceso para erradicarlo y también la aportación de todos para lograrlo.