The López Circus


Laura Castillo García
Vocera del Movimiento Antorchista en el Estado de México

The López Circus
Política
Julio 21, 2020 20:00 hrs.
Política ›
portalmexiquense.com.mx › Portal Mexiquense.com.mx

6,541 vistas

TOLUCA, MÉX. -La detención del exgobernador de Chihuahua, César Duarte, y la extradición del ex director de Pemex, Emilio Lozoya, ocurridas con 10 días de diferencia, forman parte de la política distractora del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien de una semana a otra veía caer su popularidad por la pésima gestión que ha hecho de la pandemia por Covid-19, por lo que, para revertir la situación, echó a andar la maquinaria de la manipulación que tan buenos resultados y satisfacciones le ha dado durante los dos años en que ha estado al frente del gobierno federal.
Como se recordará, precisamente el día en que el presidente López Obrador se reunión con el mandatario de Estados Unidos, Donald Trump -so pretexto de la firma del nuevo tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC)-, este le hizo un gran regalo mediático al mexicano: la detención en Florida del exgobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez, quien está acusado de ’desvío de dinero y delitos electorales’. Indudablemente, este obsequio fue muy apreciado por López Obrador porque así desvió un poco la atención de las críticas que le hicieran diversos actores y analistas políticos por el servilismo que mostró al obedecer una orden del estadounidense.
Pero las cosas siguen igual: César Duarte está en Miami y solicitó un amparo para no ser extraditado, trámite que retrasará indefinidamente su regreso a México. La detención de Duarte, pues, solo desvió la atención de las fuerte críticas a López Obrador por servil y entreguista a pesar de los ataques de Trump a México, como se pudo constatar dos días después cuando el estadounidense manifestó -durante la reunión sobre operaciones antinarcóticos con el Comando Sur del Ejército- que el muro en la frontera con México ha servido para contener la entrada a su país de mexicanos y latinoamericanos y para contener los contagios de Covid-19 pues, dijo, ’resultó ser muy afortunado para nosotros tener el muro o nos hubiéramos inundado porque tienen problemas muy grandes allá’. Mucha cara dura, pues recordemos que en Estados Unidos hay más de 3 millones 100 mil personas contagiadas y han muerto más de 133 mil personas.
Experto en el manejo de la manipulación mediática, López Obrador reservó el mejor show del circo para presentarlo 10 días después: la madrugada del viernes 17 de julio, en medio de estrictas medidas de seguridad, un convoy de vehículos de la Fiscalía General de la República -integrado por siete camionetas, dos motocicletas y una patrulla-, salió del hangar del aeropuerto rumbo al Reclusorio Norte supuestamente para entregar al exfuncionario peñista, Emilio Lozoya Austin, a las autoridades carcelarias. No obstante que decenas de representantes de medios de comunicación siguieron a las camionetas en su afán de tomarle fotos al extraditado, no lo pudieron hacer porque -de acuerdo con la crónica del diario El Universal-, después de 17 minutos se percataron que no era el exfuncionario, sino que se trató de un montaje para desviar la atención de los reporteros y poder llevar a Lozoya a un hospital privado porque presentaba signos de ’anemia y problemas de esófago’.
Ambos sonados casos, tanto el de César Duarte como en el Emilio Lozoya, le han servido al presidente López Obrador para recuperar un poco de la popularidad perdida debido a que nuevamente puso ante los ojos de los mexicanos dos símbolos de la corrupción del pasado; línea discursiva que, como todos sabemos, lo llevó al poder presidencial.
Pero, ¿cuál combate a la corrupción ha hecho López Obrador? César Duarte sigue en Miami, y parece que ahí permanecerá largo tiempo, y a Lozoya lo tienen en un hospital privado porque está enfermo, dicen, y por lo mismo, también se alargará el esclarecimiento prometido de los casos de sobornos de la constructora brasileña Odebrech y Agronitrogenados. Por el contrario, abiertamente y a los ojos de todo el mundo, López Obrador ha tapado los claros casos de corrupción que se han dado en su gobierno: nunca se han transparentado los casos cuestionados de las propiedades tanto de Manuel Bartlett, presidente de la CFE, y de Irma Eréndira Sandoval, secretaria de la Función Pública, solo por poner dos ejemplos.
Lo que sí es un hecho es que los dos actos presentados en el circo de López Obrador -el de César Duarte y el de Emilio Lozoya-, le han servido al presidente para una vez más tender una cortina de humo que desvíe la atención de graves problemas que padecemos los mexicanos: crecientes inseguridad, desempleo, hambre, contagios por Covid-19 y defunciones por la misma razón, los cuales van en más de 331 mil contagiados y más de 38 mil muertos. Que quede claro: López Obrador no está haciendo nada para solucionar esos graves problemas; está más preocupado por los shows que presentará en su circo que en la suerte que corramos los mexicanos. Los hechos así lo demuestran.


Ver nota completa...

Escríbe al autor

Escribe un comentario directo al autor

The López Circus

Éste sitio web usa cookies con fines publicitarios, si permanece aquí acepta su uso. Puede leer más sobre el uso de cookies en nuestra política de uso de cookies.