Por Adriana Salazar
En la perspectiva plástica de Alejandro Dorantes, Plaza Comercial Altavista, Uno Cuatro Siete, expone durante el verano a un grupo de artistas que se manifiestan retratando su concepto del legado de Frida Kahalo.
¿Quién es Frida me preguntaron hace poco? ¡ No era pintora, ni artista dijeron! - y yo respondí, -sin discutir el criterio de mi interlocutor,- El artista era su esposo, ella era una mujer que amaba la vida intensamente. Una mujer cuyo ’salvajismo’ considerado así en el sentido del origen inato de todo ser humano era expuesto a través de la intensidad de sus necesidades para manifestarse integralmente. Y con ello me doy cuenta que para algunos ha sido difícil equilibrar la decodificación o interpretación de lo que Frida nos mostró en vida y obra y que conformaría lo que en realidad representa en su mayor totalidad.
Recordemos a la Frida que dijo: ’¿para que quiero pies?, ¡si tengo alas para volar!’ . Y ¿ Qué entonces desde el punto de vista psicológico, no es ello un consuelo que reconforta a quien su físico la tiene limitada? Para una persona sana físicamente es un anhelo de perfeccionamiento, para Frida era un consuelo; y no demerito a Frida, sino al contrario, no hablo de consuelo que limitase su vida, sino para acercarse a tocar lo que no puede tocar, para oler lo que no podía alcanzar, para gritar lo que nadie podía escuchar porque se asustarían de la agudez de su dolor, para probar lo que nadie podía experimentar con su cuerpo, para sentir aquellos lugares a los que no podía llegar, para leerlos desde su perspectiva, una perspectiva que ha sido leída por multiples formas en este país y en otros. Se ha hablado tanto de la mente ’ supuestamente’ perturbada de Frida por su dolor físico, por sus pérdidas físicas, se ha hablado tanto de su grito desesperado, se ha hablado mucho de sus ideas políticas y de su identidad mexicana, hasta de su sexualidad. Pero es cierto, la mayoría coincidimos en que amaba la vida y que mientras sus fuerzas se lo permitían no dejó de alimentarse de cada pedazo de vida con el que se topaba. Sin embargo, poco se habla del como estamos seguros de que ella amaba tanto vivir. Nadie como Frida disfrutaba tanto sentarse junto a una paloma, alimentarla, verla a los ojos, y sentirse un Ave. Nadie como ella podía acercarse a sus plantas, a sus patios, para escucharlos. Frida era el único ser capaz de envolverse en una enredadera que recorriera todo su cuerpo, como en compensación a su dolor. Era también el único ser capaz de transformar sus lágrimas en agua para la tierra, para la madre tierra. Fue sin duda una mujer majestuosamente honesta al decirnos que deseaba ser madre, que necesitaba enfendrar vida, era muy importante que su cosecha rindiera frutos. Y lo digo porque ya todos hemos hablado de su frustración por ser madre, pero no hemos hablado del enigmático ser biológico que tenía motivos aún mas interesantes para ser madre. Necesitaba ver la vida latir desde sus entrañas, mismas que fueron inmortalizadas en sus pinturas, es Frida de esas pocas mujeres que no necesitaba que le contaran de la vida. Necesitaba probarla, le era indispensable palparle; deseaba como nadie amamantar la vida tanto como el placer de degustar un plato mexicano ó un vino francés, un chocolate oaxaqueño ó un tabaco importado. Podía Frida misma hablarte de su parte mexicana y su otra Frida europea, sin ningún tabú podía hablar de las dos Fridas, también de la muerte y de la vida, podía hablarte de la Frida que sangra, de la Frida partida en dos, y en contraste a la Frida que reina como el venado que vive sólo, hermitaño y que domina los silencios y analiza hasta el más mínimo sonido del ambiente. Tenía la capacidad de no tenerle miedo a la vida y enfrentarla sin complejos, hasta de decorarla cuando no le gustaba. Pero tenía una maravillosa habilidad catártica de componer con su dolor.
¿Y cuántos talentos artísticos han usado a Frida como musa? ¿ Cuántos más han usado su dolor? Y ¿cuáles han usado su criterio artístico? Cierto es que muchos han usado consciente o inconscientemente su legado biointelectual como en esta muestra de Alejandro Dorantes en donde podemos ver desde una frida herida, sangrando desde su carne, desde su pudor, su erotismo y desde sus letras, según mi comprensión el criterio plástico de su autor Irma María Flores, quien efectivamente ilustra la mente como el nacimiento de naturaleza viva. En tanto que Ilse de Lara Rojas, nos habla de la Frida Ying – yang en su interpretación moderna entre el colorido y los grises; dista un poco de la Frida tradicional sin embargo coincide con las tonalidades de los tiempos de Frida, de la época en donde todo aún eran tonos mates o grisaceos, clásicos, misma exaltación que usaba Frida con su iniciativa de resaltar los colores, las texturas, los adornos y los coloridos de primavera en todo su contexto, su casa azul, su cocina amarilla, la variedad de flores y colores en su peinado y en algunas ropas y saturación de joyas. La artista Eugenia Ferreiro nos retrata a la Frida de ’ VIVA LA VIDA’ en una versión moderna de como el autor comprende la concepción y transición cultural del manejo y uso de la imagen de Frida a lo largo del tiempo.
Alrededor de 40 pinturas expuestas nos muestran desde la creatividad de su autor, la concepción del simbolismo de Frida que va desde la Frida de Marina Morall que retrata a la frida como ataviada de accesorios y colores, pero también retrata a la mujer reflexiva que analiza al mundo y al q desearía poder ver y portar todo él en si misma, porque parece que ella deseaba ser parte del mundo, de todos los mundos, tenía hambre de vivir; y llegamos así a la Frida de Armando Enríquez con un tema clásico como la arquitectura de los pasillos de la Casa de Frida, titulado, ’ Un rincón de Frida’. La exposición cuenta con varias obras mas que revisten la plaza comercial por tiempo no definido y en donde usted podrá aprovechar de compartir de un rato agradable en los restaurantes que hoy fungen como anfitrión de la muestra cultural, así como también podrá contemplar la obra sin costo alguno, o bien adquirirlos directamente con el autor.